Saturday, February 2, 2008

Saratxaga versus Saratxaga

Sasimusika ez da Jazza, hori nahikeria handia litzateke. Hala eta guztiz ere, musika inprobisatu ororentzat kasu eredugarria da Jazza. Ondorengo pertsonaiak inprobisaketa organizazioek aldaketei sormenez eta malgutasunez erantzuteko baliabide bezala aldarrikatzen du.

Saratxaga dute abizena ondorengo bi pertsona hauek, baina ezkerreko hau Koldo dugu, eta eskuinekoa berriz Inma. Deitura beraren atzean talde-lana eta musika ulertzeko ikuspuntu desberdin samarrak ezkutatzen dira.







Inma Shara (Inmaculada Sarachaga - Amurrio, 1972) munduan orkestra sinfoniko baten zuzendari diren 6 emakumeetariko bat da. Zubin Metha maisuarekin lan egin izan du eta bere amets gorena Israelgo Orkestra Sinfonikoarekin itzuli bat egitea litzateke, "Musika egiteko makina baita".

Post honen protagonista Koldo da ordea eta ez litzateke zihurrenik bere lankideak makina batekin alderatzera ausartuko sekula. Irizar kooperatiba hondamenditik ateratzearen erantzule nagusia izan zen 1991. urtean. Komunikazioa, askatasuna eta erantzukizuna oinarritzat dauzkan proiektu partekatu batean datza bere antolaketa eredua. Organizazio sentibera bezalako kontzeptuaren defendatzaile sutsua delarik, musika taldeekin alderaketa bat egiten du bere ideiak azaltzerakoan. 2005. urtean plazaratu zuen liburuari ¿Sinfonía o Jazz? galdera jarri zion izenburu bezala. Hona hemen aipu bat (85, 86 eta 87 orrialdeak):

Hemos escuchado con frecuencia que “dirigir una empresa es semejante a la función que desarrolla un director de una orquesta”, pues el director y los músicos deben estar muy compenetrados, todos lo músicos deben responder a sus indicaciones, sin vacilación, para lograr la máxima coordinación. Nunca lo he entendido, me preguntaba: ¿y si falla el director de la orquesta? Los demás no piensan, los demás le siguen y le obedecen. Por otro lado, siempre tocan la misma partitura. La repiten y repiten en los ensayos hasta que todo resulta como el director pretende. Pero siempre interpretan lo mismo. El director le imprime sus matices, les da su toque personal, muy relevante, sobre una partitura creada por un genio. Pero, ¿hasta qué punto hay innovación permanente si en las empresas funcionamos de manera similar?

Me acuerdo que el primer disco que me compré, a mis dieciocho o diecinueve años, fue un disco de Jazz, aunque en mi casa no teníamos tocadiscos. Más adelante se lo regalé a mi novia, porque ella sí que lo tenía. Recuerdo que me fui al rastro de Bilbao, y allí lo compré. Lo mío es el jazz, no es la orquesta sinfónica, desde el punto de vista del modelo empresarial. En el jazz prima la improvisación, hay iniciativa, hay ritmo, y al final se logra un resultado armónico. Se percibe la creatividad, incluso cada músico toca más de un instrumento; están permanentemente creando y, sin embargo, nadie les dirige, es un equipo que innova, en tanto que la orquesta clásica repite o interpreta una partitura que no es suya”. No hay creatividad libre de cada participante de la orquesta, o por lo menos no es comparable. Para las empresas no es la orquesta sinfónica la que nos debe servir de ejemplo, sino una banda de Jazz. Es mi impresión.

El que interpreta la partitura tiene el guión, el mismo instrumento y un director que le marca la pauta. Le queda su mayor o menor habilidad y sensibilidad pero no puede tomarse libertades. El director elige a los mejores expertos y de esta forma se puede formar una gran orquesta. Pero una vez en escena, no es el momento para la improvisación y sí para la mejor interpretación, de que cada uno desarrolle su papel tal como lo ha ensayado una y otra vez. Pero es que, además, el público no puede entrar en el auditorio una vez que se ha iniciado el concierto, no puedes toser, ni puedes moverte, todo está absolutamente previsto, milimétricamente concebido.

No logro encontrar la creatividad en ello. Como alguna de las notas sea discordante, se rompe con el todo. Pero en el Jazz la situación no es idéntica, si ocurre algo que no estaba previsto seguro que sabrían recomponerlo, saldrían airosos, incluso crearían algo nuevo, crear por el cambio, con el cambio a partir del cambio.

Y esto se asemeja más a la vida real, a la de las organizaciones de los proyectos empresariales cada día más y más competitivos, y por tanto más necesitados de improvisación.

La música clásica es algo extraordinario, disfruto con ella, pero no creo que sea el ejemplo más adecuado para compararla con la creatividad pretendida por la empresa moderna. El ejemplo del Jazz me parece más correcto.

Zenbait artikulu interesgarri:

La empresa es una dictadura ( El País )

En Euskadi sobran ingenieros y faltan líderes (El Correo)

Con la música a otra parte (El Diario Vasco)


Azkenik, inprobisaketa eta sormenarekin lotura handirik ez duen arren, Galdakaoarraren hitzaldi luze eta mamitsu bat. Eustat-ek 2006an antolaturiko udako ikastaro batean egindako ia 3 ordu luzeko bakarrizketa antologikoa.


1. zatia:



2. zatia:




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